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miércoles, 18 de agosto de 2010

Inventando el amor



Dices que es amor, pero,

¿conoces el amor?,
el amor es fantasía,
el nos inventa, inventa los momentos,
inventa las horas y el día,
de aquel recuerdo, de aquella melodía.

Inventa los suspiros,
y hasta el rostro de la amada,
luego se esconde,
nos deja en la estacada,
de olvidar la fantasía.


Escribiré en la arena,
tu nombre para olvidarlo,
porque para quererlo, lo olvido.

Te soñaré solitaria, sentada en la peña,
con la mar rompiendo,
y el viento azotando tu cara,
como una foto vieja,
olvidando a tu poeta.

Bajo el azul manto del día,
bajo la noche estrellada,
nada me canta tu nombre,
ni te susurra el mío,
solo quedan esas ansias de amor,
o quizás, fue fantasía.

domingo, 15 de agosto de 2010

A Jacaranda

Para tí Isabel

Llegarán a tus ojos nuevas chispas,
como llegan cada primavera,
esas flores violetas,
que se esparcen como manto,
por un suelo sediento de ellas.

Volverá a llover en tu alma,
y nuevas alegrías y sentimientos,
recorrerán tus venas,
dando nuevo vigor a tu cuerpo,
haciéndote sonreír ante el espejo.

Ahora, disfruta de esa paz tardía,
que el tiempo te ha dado,
pon la alegría en tu semblante,
y dibuja en tus labios una sonrisa.

Nada va a poder contigo,
eres fuerte y apreciada,
como la madera de tu nombre,
y si el llanto te hace flaquear,
piensa en los días sufridos y tristes,
sonríe a los seres queridos,
sonríete a ti misma,
entonces caminarás sin miedos.

lunes, 9 de agosto de 2010

Cerca del mar



Cerca del mar quisiera llevarte,

para que oigas su arrullo.

Cerca del mar quisiera tenerte,
para que sientas su alma.

Cerca del mar quisiera sentirte,
para que sus blancas espumas,
sean la luz de tu risa.

Cerca del mar quisiera conocerte,
acariciarte, abrazarte, besarte,
sentirte mía y amarte mujer.

Cerca del mar, entre la arena
y las olas, entre soles radiantes
de días azules y noches estrelladas
de plateadas lunas.

Cerca del mar busco su consejo,
saber lo que debo de hacer,
si morir, si querer.

lunes, 2 de agosto de 2010


Amo el aroma de esas flores,
esas pequeñas flores de azahar,
que llevas atadas dentro de tu sonrisa,
blancas como velas nuevas que hincha,
y despliega el levante.

La espuma de las olas,
blanquea la singladura de tu camino,
remedando la albura de las flores,
cambiarían de color si te vieran sufrir.

Por mantener siempre esa sonrisa,
que viene de tu boca,
la tomaría con mis labios de los tuyos,
mordería esos brotes de azahar,
por compensarla,
me daría a mi mismo.