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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Amo, amé, amaré.


Amo,
tiempo de amar,
de vivir y gozar,
de pasiones encendidas
y noches intensas,
goces compartidos,
entre risas y lágrimas,
dedos entrelazados,
miradas que se buscan,
cuerpos que se encuentran.

Amé,
tiempo de recuerdos,
miradas introspectivas,
evocación de noches vivas,
preguntándole al silencio,
que se llevó tus sonidos,
?que hizo con los míos?,
ya no se cruzan ni oyen,
sólo el silencio responde:
todo lo que nace, muere.

Amaré,
tiempo de ilusiones
recobrar viejas canciones,
latir la sangre en las sienes,
teñir de color las nieves
que cubrieron las pasiones,
y entre primas y bordones
que cantan alegres sones,
volver a cruzar estaciones
para coger nuevos trenes.

lunes, 20 de septiembre de 2010

La tarde parece un adagio


La tarde parece un adagio,
las horas tan solo notas,
melodiosas o discordantes,
según nuestras sensaciones.


En mi soledad acompañada,
ya conocéis los sonidos,
de la sociedad en que vivimos,
intento escuchar la sinfonía del mar,
que intenta sonar,
entre los bajeles del recuerdo,
entre las brisas del cariño,
entre las olas de ternura,
que forman este adagio.


Cierro los ojos y juego a quererte,
siento el embrujo de tu voz,
tengo miedo a las palabras,
pueden romper este sortilegio,
que envuelve mi cuerpo,
como una delicada piel suave,
amorosa, tierna, cálida.


Quizás este es el momento pleno,
en el que la voz se vuelve canto,
en que la luz del atardecer,
penetra el alma embrujada,
como un velo de misterio.


Y de nuevo juego a quererte,
porque no puedo dejar de amarte.

domingo, 12 de septiembre de 2010

La bruma


La bruma, emblanquece el horizonte,

tenuemente se divisa la costa,
del otro lado de la bahía,
escondiendo la isla del fondo.

Húmedo frío, te cala los huesos,
un escalofrío recorre el cuerpo,
inconscientemente te arropas.

Viene, lenta, saliendo de entre la bruma,
una bella mujer, un halo gris parece abrazarla,
resalta sus ropas oscuras,
cada trecho se detiene,
vuelve la vista al mar, lo mira fijamente,
esperando distinguir entre las blancas olas,
algo o alguien.

Soledad, silencio sobre la fina arena,
un perro vagabundo olisquea,
entre los montones de algas,
buscando algo que comer.

Entorno a mí, se espesan las nubes,
gris, verde y blanco,
se recaman entre el cielo, la mar
y la espuma de las olas al romper,
siempre inmortales,
rompen, mueren y renacen de nuevo,
una y otra vez.

Sonrío, me despido de la mar,
me despido de la parte de mí,
que ha quedado sumergida en ella,
sonrío, me olvido de todo,
hundo la mirada en las bajas nubes,
y me voy, feliz,
perdiéndome en la bruma.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Te regalo...



Te regalo un poema,

algo que tal vez no se lleva,
es como una flor abierta,
que según quién la mire,
podrá ser bella o vulgar.

Te regalo un amanecer,
sentados en la arena,
con cien mil rojos y azules,
con una brisa cálida
y un rubor en tu cara.

Te regalo una sonrisa,
no es gran cosa,
pero esta llena de cariño
y ternura hacia ti.

Te regalo un día de otoño,
una balada entre suave y romántica,
que aleje la tristeza de ti.

Te regalo este regalo,
disfrútalo y sé feliz.

miércoles, 1 de septiembre de 2010


En mi casa, en mi hogar,
tengo un jardín lleno de rosas,
que en las noches claras del estío,
unas, sueñan con ser estrellas,
otras, sueñan en ti conmigo.

Si no me quieres mujer,
siempre me quedan,
las estrellas y las rosas,
si me amas,
tuyas serán las rosas y estrellas.

La brisa del mar refresca mi cuerpo,
me perfuma el alma,
mientras mi mente vagabundea,
entre ti, las rosas y las estrellas.

Mujer de cabellos sedosos,
tintados de azabache,
de boca fresca,
como rosa roja bañada de rocío,
deshoja tu alma junto a la mía,
en este jardín de estrellas y de rosas.