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lunes, 26 de septiembre de 2011

En la noche estrellada.

En la noche estrellada,
junto a la barca tendida,
dos cuerpos tendidos se unen,
inmersos en una vorágine de pasión.


En la noche estrellada,
esas noches coronadas,
por dondiegos y jazmines,
abrasa el amor.


En la noche estrellada,
suspira la luna, junto al mar,
su cara de nácar,
palidece de envidia.


En la noche estrellada,
las sombras de los amantes,
se alargan infinitas,
y llegan hasta el cielo unidas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

No quiero verte sufrir

No quiero ver,
como te paras en una esquina,
o al principio de la calle,
sin saber a donde ir,
sin tener donde ir,
viendo pasar los sentimientos por tu lado,
sin gozarlos ni sufrirlos.


Pasan, los miras sin ver,
parejas de enamorados,
tan juntos que semejan unos siameses,
unidos por boca y caderas,
pasan niños jugando, riendo,
no hay sonrisa en tí,
que atraiga la de esos locos bajitos.


Con la oscuridad se encienden las luces,
sombras burlescas parecen cebarse en ti,
hay tanta frialdad en ti,
que te toman por una sombra más,
engulléndote entre ellas.


Si a veces lloras,
nadie te ve llorar,
nadie oye tus sollozos,
ni seca tus lágrimas con sus labios.


Quiero verte sonreír,
aunque tu alma este rota en mil pedazos,
porque una sonrisa, llama a otra,
juntándose miles de ellas,
y atrayendo la felicidad.


Quiero, que en la oscuridad,
encuentres esa mano cálida y amiga,
que ahuyente tus fantasmas
y devuelva la esperanza a tu vida.


Quiero, quiero tantas cosas para ti,
que estaría días y noches enteras,
enumerándolas,
para resumirlas tan solo en,
quiero que sepas, que te quiero.

domingo, 11 de septiembre de 2011

No quiero

No quiero ser llama que te abrase,
ni fuego fatuo de un solo día,
quiero ser el calor que te traspase,
poco a poco y sin agonía.


No quiero una noche de locura,
ni arrebatos locos de pasión,
quiero perderme en tu ternura,
entre los pliegues de tu corazón.


Apoyarme seguro en tu brazo,
que nada me haga alejarme,
del tibio refugio de tu regazo.


Dejar la nave al pairo,
quedarme, esperando a que unas el lazo,
que impida que dejes de amarme


No quiero ser la chispa,
que encienda el fuego de tu alma,
si yo muero de frío en la distancia,
soñando con el calor de tus besos.


No quiero ser estallido de colores,
satisfacer tus ansias efímeras,
de inconfesados deseos,
para ser olvidado después,
en el desván de tu conciencia.


No quiero acariciarte con palabras,
ni imaginar tu cuerpo,
abrazando el aire.


Quiero ser semilla que arraigue en ti,
que germine en tu querer,
y lloverte de amor hasta empaparte.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Nadie elige su amor

Como en una dulce ensoñación,
rememoro tu figura,
mis palabras evocan el verde mar
y las doradas arenas,
el naranjo en flor,
la tímida margarita.


Obedientes al recuerdo,
tus negros ojos me miran con ternura,
tus gráciles dedos me acarician,
y tu sonrisa ilumina todo tu semblante.


Nadie elige su amor,
llega un buen día,
se planta junto a ti,
cambia tu vida,
ahuyenta sombras
y siembra claridades.


Luego un mal día se va como vino,
dejando mi corazón donde nació,
al lado de un río,
bajo un pequeño árbol,
iluminado por una creciente luna
y un puñado de estrellas.


Despierto de mi ensoñación,
una aurora radiante en este frío día,
con el incendio de ese amor,
envuelto en nieblas de miedo
y desesperanza,
camino de nuevo hacia la mar,
hacia el olvido.