Gotas de rocío,
gotas de música,
sobre las flores,
sobre las personas,
sobre esa masa gris
de gente intrascendente,
que pasamos sin ver,
sin que nos roce su aura,
que desconocemos
totalmente.
Gotas de rocío,
llanto de hadas
en el amanecer,
por esa belleza
que destrozamos,
sangre de las flores,
que esparcimos sin sentido,
entre jarrones y búcaros.
Gotas de rocío,
perlas en las flores,
lágrimas en mis ojos,
por esa flor de amor
que perdí,
por esa boca
que ya no sonreirá para mí.
Gotas de rocío,
me perdí en ellas.
lunes, 23 de enero de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
Me miran tus ojos
Me miran tus ojos,
dulces, cálidos,
te miran los míos,
apasionados,
se sienten,
prisioneros de los tuyos.
Y yo a mi vez,
te quiero prisionera
entre mis brazos,
como esta mañana,
cuando coloqué,
esa flor en tu pelo,
y bajito te dije al oído.
Entre mis brazos,
bajo tus ojos,
tan solo quiero,
besar tus labios.
dulces, cálidos,
te miran los míos,
apasionados,
se sienten,
prisioneros de los tuyos.
Y yo a mi vez,
te quiero prisionera
entre mis brazos,
como esta mañana,
cuando coloqué,
esa flor en tu pelo,
y bajito te dije al oído.
Entre mis brazos,
bajo tus ojos,
tan solo quiero,
besar tus labios.
martes, 3 de enero de 2012
Cuando llegaste
Cuando llegaste a mi vida,
florecieron las violetas,
sus tímidos colores,
empalidecieron las rosas,
que envidiosas escondieron su alegría.
Porque llegaste vuelvo a amar,
vuelvo a contarme entre los vivos,
un nombre resuena en mi garganta,
tu nombre.
Y sonrío, y silbo,
y ese sonido me despierta,
siento que es cierto,
que tu estás ahí,
que mi cuerpo añora tu cuerpo,
y mis labios tus besos.
Bajo mis labios los tuyos,
como el fuego y la brasa,
la seda de tus cabellos
como un dulce pecado,
y tu espalda desnuda,
anhelando el calor de mi mano.
Y un beso, lleva a otro beso,
y este a otro, y a otro,
nuestros labios se pierden,
entre perfumes de azahar y violetas.
florecieron las violetas,
sus tímidos colores,
empalidecieron las rosas,
que envidiosas escondieron su alegría.
Porque llegaste vuelvo a amar,
vuelvo a contarme entre los vivos,
un nombre resuena en mi garganta,
tu nombre.
Y sonrío, y silbo,
y ese sonido me despierta,
siento que es cierto,
que tu estás ahí,
que mi cuerpo añora tu cuerpo,
y mis labios tus besos.
Bajo mis labios los tuyos,
como el fuego y la brasa,
la seda de tus cabellos
como un dulce pecado,
y tu espalda desnuda,
anhelando el calor de mi mano.
Y un beso, lleva a otro beso,
y este a otro, y a otro,
nuestros labios se pierden,
entre perfumes de azahar y violetas.
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