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sábado, 29 de mayo de 2010

Lady Q


Te has ido, te has unido a los demás,

a ellos que me dejaron,
con las manos vacías,
de cariño, de ternura.


Ya no saldrás a recibirme,
cuando llegue a casa,
a tumbarte en la alfombra,
pidiendo que te acaricie.


Por las mañanas no sentiré tu tibio cuerpo,
tu mano que se levanta,
para acariciar mi mejilla,
ni tus protestas si no te pongo comida,
ya no te sentaras a mi lado a comer,
ni buscaras el calor de mis piernas,
cuando hacia frío,
ya no oiré tu ronroneo de placer,
al acariciarte, al dormirte junto a mi.


No podré relajar mis nervios,
acariciando tu suave pelaje,
mirándome en tus azules ojos.


Te voy a echar mucho de menos,
¡ay! como me duele perderte.

viernes, 28 de mayo de 2010

Entre la mar y el fuego


Toda la noche pasé contigo,
junto al fuego,
sobre la alfombra mullida,
salvaje y dulce eras,
entre el placer y el sueño,
entre la mar y el fuego.
Se unieron nuestros sueños,
en el fuego y en la mar,
en el fuego fluctuando con las llamas,
en la mar jugando con las olas.
En mi sueño te buscaba,
cuando aún no te conocía,
mi barca navegaba sin rumbo,
cuando sentí tu mirada,
encontré tus ojos que gritaban,
soledad, amor y rabia.
Toda la noche pasé contigo,
y al despertar de pronto,
tu cabeza reposaba en mi hombro,
la mar y el fuego unieron nuestros cuerpos.
Toda la noche pasé contigo,
el amanecer me trajo tu boca,
salida de la mar y el fuego,
y recibí tu beso de brasa incandescente,
como si surgiera del mar que nos rodea.

lunes, 24 de mayo de 2010

El viento



El viento levanta furioso la arena,
hincha las olas que golpean
con fuerza en la playa,
mientras la lluvia rompe,
contra el mar y la tierra.


Estréchame entre tus brazos,
aunque solo sea esta noche,
en que semeja que el viento,
quiere alejarme de ti.


Pon tus manos en las mías,
unamos nuestros cuerpos,
y fundamos nuestras bocas,
en un beso infinito.


Deja que la lluvia y el viento se alejen,
que se olviden que existo,
que sigan corriendo entre las sombras,
mientras yo, sumergido en tu cuerpo,
al abrigo de tu corazón,
descansaré del viento y la lluvia.

jueves, 20 de mayo de 2010

Isabel



Estimada Isabel,
siento la necesidad de perderme en tus ojos,
de dejarme absorber por esos remolinos de color.
Mírame a los ojos y olvídate de todo,
olvida sinsabores penas y llantos.


A veces, sabes, es bueno soñar,
soñar con esa cabaña de madera,
perdida entre limoneros y naranjos,
donde nos embriagaríamos en primavera,
con el perfume del azahar,
donde me embriagaría cada día de ti,
del aroma de tu cuerpo,
de tu cálida ternura que iría lloviendo sobre mí,
incesantemente hasta empaparme de amor.


A veces, sabes, llueve,
y en esos momentos todo es suave,
mi mente configura recuerdos que nunca han existido,
contra la frialdad del cristal mojado,
son instantes de una intimidad extrema,
pensamientos llenos de todo aquello que deseo.


A veces, sabes, cae una cortina espesa sobre todo,
como una ola de mar rompiendo sobre la arena,
llevándose tras de si, las palabras, los sentimientos,
que parecen flotar sobre esa mar,
quietos, inmóviles,
esperando un gesto que los reviva.


A veces, sabes, te imagino sobre las sabanas,
y mis dedos van recorriendo tu cara, tu cuello, pechos y caderas,
hasta perderse en el vientre plano,
en el sexo ardiente y oscuro.


Isabel, las palabras que nos decimos, sin hablar,
no son frases perdidas,
ni el deseo se desvanece entre sombras,
queda ahí, entre los dos.


Si cierro los ojos,
te haces tan presente,
que te podría abrazar.

Desencuentros

Ni tu me encuentras,
ni yo te encuentro,
como dos ciegos,
caminamos a tientas,
pasamos por la vida,
sin vernos, sin hallarnos.

Tu ya sabes porqué,
te quise tanto,
aún me sangran las heridas,
aún el llanto me ahoga,
cuando te miro.

No mires hacia atrás,
sigue tu camino,
dame el don del olvido,
porque ni a ti, ni a mí,
nos dejan encontrarnos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

CARICIAS



Las caricias engendran caricias,
los besos piden más besos,
cuanto más te acaricio más te deseo.
Llevo en mí aquel momento,
a la sombra de aquel castaño,
ungías mi cuerpo con tus fluidos,
aceite de estrellas me semejaba,
de tu boca solo salían susurros,
de tan apretado tu cuerpo al mío.

Tus labios queman,
son rojos y ardientes,
como ascuas de fuego que brotan de ti.
Todo tu cuerpo se tensa, cae sobre mí,
como fruta madura,
para tu gozo y el mío,
luego se relaja,
una sonata nos invade,
como la música de cien violines,
tierna y cálida.

El sol nos despierta,
el amor nos excita más aún,
nuestros cuerpos no admiten reposo,
en ese roce de piel con piel,
vuelven a quemar tus labios,
y tu sonrisa, fulgor de estrella,
se derrama sobre mí.

jueves, 13 de mayo de 2010

LA ROSA BLANCA


Te encontré dormida,
con una rosa blanca en la mano,
indefensa con el sueño sonreías,
sonreía también la rosa blanca,
no caía de tu mano,
parecía aferrarse a tu mano,
como si de un recién nacido fuese,
tú sonreías orgullosa,
como madre de esa rosa blanca.

Me sentí cegado de su color,
de tu dulce semblante dormido,
absorto, contemplándoos,
no sabía que me cautivaba más,
si la rosa o tú.

Y la rosa emana,
en el silencio en que os contemplo,
una delicada esencia,
que hace tu rostro aún más virginal,
llena la habitación de efluvios,
y todo huele a ti,
a rosa blanca,
a eternidad.