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miércoles, 30 de junio de 2010

¡ay amor!



¡Ay amor!, que te dormiste ,

bajo el naranjo en flor,


Despierta amor y embrújame
con el negro de tus ojos
y la violeta de tu voz.

Acércame el rumor del agua,
y el calor del sol,
cántame esa melodía,
que cantaba el jilguero,
entre las ramas del almendro.

Acompáñala de acordes,
de la guitarra de los sueños,
del murmullo de las hojas,
cuando las mece el viento.

¡Ay amor!, que te dormiste,
bajo el naranjo en flor.

jueves, 24 de junio de 2010

La noche de San Juan

Recordando la conversación mantenida con mi hija, sobre la noche de San Juan, si era mágica o no, no pude evitar que una sonrisa nostálgica iluminase mi cara, ella al verla se sonrió también, preguntándome, “¿Tienes alguna historia de esa noche?”. Tal vez, le dije, mira, te contaré una que a mi me contaron.

Dicen que ocurrió sobre el año 71, o 72 no recuerdo bien, dos amigos se fueron el día 23 por la noche, a celebrar la fiesta, habían quedado en la playa, con otros chicos y chicas de su propia colla y otras collas, ese año habían pedido permiso a la guardia civil, a través del hijo del alcalde, que era integrante de una de las collas, para celebrar la quema de hogueras, y se había concedido el permiso sin que sirviese de precedente, según palabras del comandante de puesto.
Todo se desarrolló según lo previsto, la gente amontonó trastos viejos en la playa, se hicieron algunos ninots con ropas rellenas de paja y papel, que se fijaron como pudieron para que se mantuvieran de pie, y una vez terminados los preparativos de fuego, empezamos con los de la intendencia, preparando una buena sangría, con mucho hielo bien fresquita, y colocando también botellines de cerveza en barriles cortados por la mitad y llenos de barras de hielo.
Sobre las diez, empezaron la cena, sentados en la arena, comiendo los bocadillos preparados en casa, la gente se fue animando con la bebida, alguien saco un tocadiscos a pilas, se animó más la cosa, las chicas empezaron a bailar, y entonces fue cuando Víctor la vio, morena, pelo negro, rizado, sonrisa calida, tierna, una preciosidad, le dije a mi hija sonriendo, ¿y el Víctor ese que tal era? Me contestó ella, riéndome le díje , tenía gancho, moreno, pelo negro, liso, no era guapo, pero como decía Charo, así se llamaba aquella chica, tenía ángel en la cara, Victor decía de ella, que tenía carita de ángel, lo cierto es que nunca supieron como, pero se vieron el uno al lado del otro, escudriñándose atentamente como dos tontos, y cuando a las doce encendieron la hoguera, sin decir palabra se cogieron de la mano y la saltaron. Dicen los que estuvieron allí, que parecían dos ninots salvados del fuego, embelesados mirándose mutuamente, dicen que se separaron ligeramente del grupo, y hablaron y hablaron hasta el amanecer, ya quedaba muy poca gente en la playa, tan solo ellos dos y otros que medio se despejaban de vapores alcohólicos para poder llegar a casa, y esta es la versión que contaron, digamos que no es muy de fiar, ya que aquí empieza lo fantástico. Dicen, que minutos antes de que e sol asomara por el horizonte ambos se desnudaron y se dirigieron hacia la mar, dicen que cogidos de la mano se adentraron en ella, y que con los primeros rayos se zambulleron, dicen que cuando emergieron las cabezas del agua, el sol brillaba sobre ellas, como una aureola mágica, aquí las versiones difieren unos dicen que de la mar salió una imponente ostra gigante abierta de par en par, que semejaba un tálamo nupcial para la pareja, otros dicen que las brasas de la hoguera se adentraron en el agua, evaporándola, mientras sus labios se unían, en un beso infinito.
Ummm muy fantástico me dijo mi hija, tu que crees que pasó, volví a sonreírle con nostalgia, diciéndole, dicen que ella se fue con los últimos rayos de ese día, y ya nunca más volvió, pero Víctor año tras año, el día de San Juan, espera la salida del sol en la playa, enfrente de esa peña que se mete en la mar, esperando que alguna ola le devuelva a Charo.
Entonces conocerás a Víctor, porque tu haces lo mismo todos los años, vas al mismo sitio, y ¿dices que va todos los años?, el año pasado te acompañé y estábamos solos, ¿seguro? La perorata de mi hija no para, pero yo no la oigo, tan solo veo la mar, el sol naciendo, siento unos labios besando los míos, mientras una lágrima se desliza por mis mejillas.

viernes, 18 de junio de 2010

Iria a buscar el amor



Iría a buscar el amor,

si supiera encontrarlo,
lo buscaría, entre las lindes de los riachuelos,
como moras o fresas silvestres,
de rojizos tonos y deliciosos sabores,
me ayudarían a buscarlo, el viento susurrante,
la verdor fina, el sonido del agua cantarina,
entre peñas y verdes pinos.

Iría a buscar el amor,
si supiera encontrarlo,
entre maromas y blancas velas,
palomas que vuelan al acariciarlas el viento,
lo buscaría entre playas y calas lejanas,
entre aromas de sal e hinojo marino.

Iría a buscar el amor,
si supiera encontrarlo,
de noche,
entre las estrellas distantes,
entre la luna enamorada,
de día,
entre el mar azul y la abrupta montaña.

Y el amor estaba allí,
en esa rama cercana,
deshaciendo sus trenzas doradas,
para que el viento las hiciera luz,
en la oscura mañana.

Amor, quiero leer en tus ojos,
todo lo que espero y me falta,
quiero besar tus labios, tan suaves y fragantes
como la rosa al abrirse con las gotas de rocío,
quiero sentir tus manos,
sedas aterciopeladas, sobre las mías.

Amor, quiero que vengas conmigo,
ahora que la tarde enrojece,
y nos deja en la boca,
un regusto a música lejana.

miércoles, 16 de junio de 2010

Pequeña violeta



Pequeña violeta,
flor pequeña,
que te pierdes entre mis manos,
desnuda de ropajes,
sencilla, casi virginal,
acerco a mis labios tus pétalos diminutos.

Violáceos cercos aureolan tus pechos,
se deslizan por mi torso desnudo,
mientras mis manos se pierden,
en tu cintura y espalda,
como el viento entre las dunas de la mar,
desatas la ternura de tus ojos sobre mí,
como lluvia de verano,
empapándome, calándome de amor.

No debería arrancarte de la tierra,
no debería ansiar tus besos,
no debería......

Nos pasamos tanto tiempo, amor,
haciendo lo que no debemos,
que puede que sea esa trasgresión
lo que nos hace sentir vivos.

martes, 15 de junio de 2010

Imagenes al atardecer


Intenciones caducadas,
moribundas ilusiones nonatas,
atropellados sentimientos,
gozosos y dolorosos,
endiablados pensamientos
navegan entre nubes y fosos,
esperanzas sin fin,
se diluyen al terminar el día.

Al desvanecerse el sol,
los sentidos languidecen,
atrapados entre invisibles rejas,
tratan de liberarse, buscan
atisbar un retazo de sol.

Rojizos destellos entre azules,
destellos incandescentes,
entre oscuridades amenazantes,
cercos de estrellas en el este,
empujan al sol hacia el horizonte.

Reminiscencias del pasado,
miedo a la oscuridad,
envuelven por momentos el ánimo,
la luz crepuscular se desvanece
ante las sombras crecientes.
¡No quiero desfallecer!.

Con las sombras,
otras tenues luminarias nacen,
brillan las distantes estrellas,
ilumina suavemente la luna,
atrapándome en una dulce, suave,
melancolía.

lunes, 14 de junio de 2010

Aprendí



Contigo aprendí,
que la vida es todo aquello,
que nunca hemos pensado,
también aprendí,
que los sueños,
valen más que mil palabras,
aprendí que la alegría y la tristeza,
nunca llegan cuando las deseamos,
que la risa y el llanto no saben
como los habíamos imaginado.

Aprendí,
que tenerte en mis brazos,
no me garantiza tu cariño,
que besar tus labios golosos,
no implica que esos mismos labios,
besen otros ajenos a los míos.

Aprendí,
que muchas veces,
sobran las palabras,
y faltan motivos que nos unan,
que cada noche morimos
y resucitamos al amanecer.

Aprendí,
que mi único rival,
es el temor a ser yo mismo,
y que el amor es más que un sentimiento,
es una forma de vivir.

domingo, 13 de junio de 2010

Almendros

Suenan, de nuevo,
los alegres trinos de un jilguero,
resuenan entre los árboles,
retorcidos y agrietados almendros,
que levantan ansiosos sus ramas,
intentando acoger en ellas,
las escasas gotas de lluvia,
gotas,
más cargadas de tierra que de agua,
tierra rojiza que embadurna todo,
semejan los almendros,
troncos moribundos,
desangrándose lentamente,
entre el vaho que exhala la tierra,
caliente, húmedo,
el vaho de un sediento,
a quien cruelmente le mojan la mano,
cuando todo su ser,
reclama el agua.

Ha tiempo ya,
que la nevada de sus flores,
se convirtió en verdes frutos,
que vistió sus desnudas ramas,
de brillantes hojas antaño,
ahora terrosas de polvo sin lavar,
abril no lavó su sed,
y un inclemente mayo le enloda de tierra,
a la vez que humedece,
como burlándose de su sed.

Dame tu fuerza,
enséñame a resistir,
sin el agua de su voz,
sin la flor de su presencia,.
pues mi cuerpo también se retuerce,
y se ennegrece,
sin la tibia humedad del suyo.

miércoles, 9 de junio de 2010

A veces





A veces,
es tan real la sensación de estar contigo,.
parece que nada se interponga entre nosotros,
alargaría mi mano y podría sentir tu piel,.
a través del espacio y del tiempo.

Dirán que te añoro con nostalgia,
no es cierto,
no se puede añorar lo que nunca se ha tenido,
te amo en mis sueños,
quizás porque tu cuerpo se me oculta.

Ahora me recreo en ti,
teniéndote sin tenerte,
deslizando mis dedos,
por esa escala de violetas y malvas,
en que se envuelven mis tardes,
o sintiendo el aroma de azahar,
que desprenden mis sueños.

viernes, 4 de junio de 2010

PRÉSTAME TUS SUEÑOS




Préstame tus sueños,
por un momento,
préstame tus sentidos,
que vea a través de ti,
que sienta como tú sientes,
quiero saber como sientes,
esa mar bravía de tu tierra,
como ese verde cala en ti,
como la lluvia suave,
que te visita cada día.


Quiero sentir tus días por dentro,
saber que piensas cuando sonríes,
esa sonrisa íntima,
entre divertida y tierna,
que ilumina el día gris.


Cántame a media voz,
dime a través de la música,
si lloras o ríes,
si el amor anidó en ti,
o el vacío llena tu alma.


Quisiera ver los colores de tu cara,
tan solo puedo imaginarlos,
¿Serán verdes tus ojos?,
como las aguas de las rías,
¿Tus labios del color,
de los olmos en otoño?,
desisto, sólo puedo pedirte de nuevo,
que me prestes tus sueños.