Esa sombra en tu sonrisa

ACARICIA TU VOZ

Acaricia tu voz, en las ondas,
parece que la brisa bese mi cara,
ese vientecillo de levante,
que refresca en los días de verano,
ahuyentando calores y sinsabores.

Acaricia tu voz, es pura poesía,
esos versos cálidos que surgen,
en la noche, empapan, llenan,
alegran los corazones.

Acaricia tu voz, es pura música,
como esas canciones que llegan al alma,
que hacen felices a quienes las oyen,
parece que a la noche se le vaya la mano.

Si supiera contar las sensaciones,
de la caricia de tu voz,
calidez, proximidad, ternura,
pero la noche se queda corta  para ello.

Que no acaben estas noches,
que las caricias de tu voz,
se derramen sobre mí,
y me empapen totalmente.

Jaumerei

Vuelan por tí

Vuelan, tan solo vuelan, mis pensamientos,
mis recuerdos, en esta tarde gris,
la mar viene de Leveche,
trae vientos húmedos,
la mar empieza a rizarse,
espumas blancas se unen a las olas,
y mi mente se llena de tu rostro,
de tus manos, tu voz, caricias aladas,
para mi cuerpo y mi alma.

Oigo tu voz, leo tus escritos, 
y algo se rompe dentro de mí,
te echo de menos, si, te echo de menos,
hace tanto tiempo que no te tengo entre mis brazos,
que mis labios no besan los tuyos,
que  tu voz no acaricia mis sentidos,
que tu cuerpo no es un complemento perfecto del mío.

Echo de menos las estrías de tu vientre,
el brillo de tus ojos, tu sonrisa enigmática,
cargada de deseo y de amor,
la vehemencia de tus palabras y de tus actos,
y esa mano que se deslizaba suave por mi rostro,
 suave, intensa, como fuego deslizándose por mi cara.

No quise saber nada más de ti,
huyo de tu recuerdo y sin embargo te añoro,
fuiste la flor de mis sueños,
mi apoyo en mis horas tristes,
y ahora todo me habla de ti.

¿Dónde estás?, sé donde está tu cuerpo,
pero tu corazón, ¿Dónde está?,
no me atrevo a llamarte,
no quiero volver a pasar por esa angustia,
por eso tan solo, si algún día lees esto
llámame, mi cuerpo, mi corazón te anhelan.

Oscuridad

Todo es oscuro, no brillan las estrellas, 

la luna se ocultó,
perdido en medio de la negrura del mar,
no tengo rumbo,
tan solo el instinto me guía,
afán de supervivencia,
me brota de dentro.

Nubes negras de desesperanza,
ocultan el sol al amanecer,
quisiera atisbar un rayo de luz,
en esta espesa oscuridad,
añoro la cálida tibieza del sol,
solo lluvia fría y pegajosa me envuelve,
más parece portadora de lodo que de vida.

Pero la oscuridad no está en el mundo,
es mi corazón, está envuelto en tinieblas,
son mis manos, echan de menos tus manos,
son mis ojos que no te ven,
mi cuerpo no encuentra la tibieza del tuyo,
se enfría sin tus caricias.

Es mi mente quien evoca tu desnudez,
la pasión de tu cuerpo ardiente,
el fuego en tus ojos cuando el deseo
nos envolvía en oleadas,
nos engullía y solo un único cuerpo
parecía retorcerse.

Vuelve, sácame de esa oscuridad,
devuélveme la pasión, el deseo, la ilusión,
anhelo de vivir, la vida que no la vivo sin ti,
porque solo tú eres el faro que me guiará
en la negrura del mar, solo tú eres mi rumbo
mi norte donde dirijo mis anhelos.

Vuelve amor, enciende de nuevo mi vida,
guíame de nuevo al paraíso ese que
compartimos y perdimos,
por mi inmensa estupidez,
vuelve amor, aparta de mí esta oscuridad.

Mas la primavera renace cada año,              
los sentimientos se reavivan también,     
basta un cruce de miradas,                       
reconocer esa sonrisa cómplice,                
para que el pasado regrese,                          
los labios se busquen,                                     
renazca la pasión empapada de amor,           
y la luz regresa, porque tú eres mi luz,
disipando totalmente la oscuridad.

La Huida

No quisiste correr riesgos,                     
te perdiste entre la jungla de cemento,
huyendo de la brisa de la mar,             
de los amaneceres encendidos,   
hundiste tus raíces,                           
entre neumáticos chirriantes,           
luces de neón y lluvia maloliente.
.
No volviste la vista atrás,             
cuando aquella mañana,                        
te subiste a aquel tren,                        
que te alejó de lo que mas amabas,
huías,                                                 
mas contigo viajaban,              
asomando a tus retinas,                       
las palmeras cimbreantes,                      
la mar azul,                                            
el tibio sol que te calentaba en invierno,
y esos ojos negros, cálidos, sonrientes,
que cada mañana te saludaban,           
sin hablar.
.
Hoy,                                                
miras tus manos vacías,                       
de cariño, de amor,                              
no tienen nadie a quien acariciar,        
mas están llenas de joyas,                  
que contemplas radiante,                    
con los ojos llenos de orgullo,           
mas la sombra de una lagrima,             
se cuela entre ellos,                            
que precio mas caro pagaste por ellas.
.
Suspiras,                                       
apartas de un manotazo,                        
el pelo de tu rostro,                     
restañas esa lágrima inoportuna,  
sonríes desafiante,                                  
y un rictus de tristeza,                       
delata en tu boca,                                  
el recuerdo de lo que pudo ser y no fue.

No me digas ven

No me digas ven, si tus actos,
no corresponden a tus palabras,
no me digas ven, si tus ojos,
no  van a perderse en los míos,
no me digas ven, tan solo,
para saciar un deseo insatisfecho,
para paliar tu falta de cariño,
arrancarme los besos y después seguir tu camino.

No me digas ven, si tu cuerpo y tu corazón,
no caminan al unísono,
no podría caminar con tan solo uno de ellos,
no estoy hambriento de caricias sin amor.

No me digas ven, si no estas dispuesta
a recorrer la vereda de la vida, junto a mí,
no quiero ser tan solo un alto en el camino,
en tu rutina diaria.

No me digas ven, y si lo haces,
no mires luego hacia atrás,
el camino que nos espera, no será siempre de rosas,
pero las flores del amor, nos saludarán cada día.

Que bonita es

Que bonita es mi estrella,                      
mírala como reluce,
y sin embargo,
tu cuerpo desnudo, la eclipsa.

Siente envidia de tus pechos,
cuando los acaricio,
para ella querría esas caricias.

Forma un gran espejo,
en la mar tranquila,
y cuando va a mirarse,
ve tu sonrisa en el.

Quiere brillar para mí,
mas tus rizos azabaches la ocultan,
al acariciar mi cara con ellos.
Quiere cambiar su luz plateada,
por tu piel sonrosada.

Y mi estrella se refugia, entre sus iguales,
pues se da cuenta que de tu mirada,
soy prisionero.

Y que te quiero prisionera,
lo saben hasta las rosas,
que en la mañana despiertan,
bañadas de rocío, y me oyen decir,
bajito, a tu oído,
bajo la luz de tu mirada,
un beso tuyo,
es lo que mas me gusta.

Musa (grabación)

El sueño de un loco (grabacion)

Quisiera escribir (grabacion)

Pétalos al vuelo

Corre el viento,                                
como una gacela por el bosque,           
me envuelve con sus ráfagas,           
como una amante apasionada, 
trayéndome en ellas,                              
el aroma de las flores,                         
que arranca para mí.


Lluvia de pétalos me envuelve,           
me embriagan,                               
dejando un regusto amargo,                  
en mis pensamientos,                     
¿lloran las flores,                                    
al ser despojadas de sus galas?


Imagino a los pétalos,                      
como palabras desgajadas de un todo, 
pueden ser bellas, tibias, suaves,            
o quizás decoloradas, frías, ásperas,      
pero siempre formando parte,               
de un todo más bello,                             
la flor.


Caminante,                                          
que aquí llegas,                                   
que tus actos,                                     
sean pétalos al vuelo,                     
disfruta de las cosas bellas,                     
y no siembres semillas,                         
de ariscas cizañas.

Pensando en voz alta

Camino con la cabeza alta,                           
y el cuerpo erguido,                                    
ni mi mirada, ni mi sonrisa,                  
llevan en sí rencor alguno,                   
porque a nadie cerré puertas,                      
ni desvié de su camino,                           
más bien me aparté y le dejé pasar,            
que el camino se hace al andar.


Siempre tuve una palabra amable,           
una sonrisa disponible,                            
para aquellos con quién me crucé,             
un consejo a quién lo pidió,                         
y cada uno siguió su senda.


Porque no hay pasado ni futuro,              
sino el momento en que vivimos,              
en él amamos, sufrimos, reímos o morimos, 
quizás esto último, un poco cada día.


Busca una estrella que te guíe,                  
una flor en plenitud,                                 
una brisa en las noches de estío,                  
y deja atrás rencores y mezquindades, 
quizás así, serás feliz.