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domingo, 13 de junio de 2010

Almendros

Suenan, de nuevo,
los alegres trinos de un jilguero,
resuenan entre los árboles,
retorcidos y agrietados almendros,
que levantan ansiosos sus ramas,
intentando acoger en ellas,
las escasas gotas de lluvia,
gotas,
más cargadas de tierra que de agua,
tierra rojiza que embadurna todo,
semejan los almendros,
troncos moribundos,
desangrándose lentamente,
entre el vaho que exhala la tierra,
caliente, húmedo,
el vaho de un sediento,
a quien cruelmente le mojan la mano,
cuando todo su ser,
reclama el agua.

Ha tiempo ya,
que la nevada de sus flores,
se convirtió en verdes frutos,
que vistió sus desnudas ramas,
de brillantes hojas antaño,
ahora terrosas de polvo sin lavar,
abril no lavó su sed,
y un inclemente mayo le enloda de tierra,
a la vez que humedece,
como burlándose de su sed.

Dame tu fuerza,
enséñame a resistir,
sin el agua de su voz,
sin la flor de su presencia,.
pues mi cuerpo también se retuerce,
y se ennegrece,
sin la tibia humedad del suyo.

2 comentarios:

  1. vale la pena retorcerse si al final la flor embellece esa ramas turbadas. Tu flores siempre como ese aliento de vida y de palabra,
    Besos de colores. Amparo
    Carpe diem

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  2. Gracias por tus comentarios siempre sn flores, te diria como de cecías a mi, no vale, tu eres mi amiga, besos cielo, ya sabes de espuma de mar.

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