Gira en el cielo la luna,
sobre la pálida mar,
sobre las tierras resecas,
mientras el otoño desbasta,
las hojas de los árboles,
aire rizado venía con susurros de olas.
La tierra semeja un mosaico,
de hojas arrancadas,
de pequeños charcos diseminados,
entre marrones, ocres y amarillos.
En el alero cobrizo,
que protege la ventana,
un jilguero contempla en silencio,
las lágrimas de una muchacha.
La luna redonda y baja,
asoma por la ventana,
toda la alcoba sufría
con sus ojos llenos de alas.
Afuera la luna ilumina
crisantemos y rosales,
quiere paliar el dolor de esa mirada,
quisiera tener dedos para acariciarla,
y consolar la tristeza de esa rosa encerrada.
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La luna es testigo
ResponderEliminarde todos los actos humanos,
y no se inmuta por ello,
tan solo hechiza con su luz
hola Jaumerei,
ResponderEliminaralgo me encanta mucho de tu blog: el recibimiento con la imágen de una linda mujer.
La luna es mi cómplice también de muchas horas tristes.
Preciosa poesía nos regalas.
un abrazo^^
un feliz día de San Martín espero que hayas tenido, nosotros lo celebramos con una caravana de lampiones.^^