descalza sobre la arena,
luciendo su morena desnudez,
camina una muchacha,
la blanca espuma de las olas,
acompaña el vaivén de sus pasos.
Luna y lágrimas,
estelas en la mar.
Camina subyugada al ritmo,
que machaconamente,
le marcan las olas,
tiene los ojos anegados,
en salobres lágrimas,
y el corazón en carne viva.
Luna y lágrimas,
estelas en la mar.
Ten cuidado muchacha,
no dejes que las perlas de tus lágrimas
caigan al mar.
¿Qué luna recogerá
tu dolor de miel y azahar?.
Es tan gráfico el poema
ResponderEliminarque casi he podido ver
la imagen que describes,
una belleza
Gracias MTeresa, celebro que te guste, y tambien por tu visita.:-)
ResponderEliminarPrecioso... sabes como me gustan las gaviotas, verdad?
ResponderEliminarBicos cálidos y húmedos mi poeta favorito.